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Mostrando entradas de abril, 2025

TUVIMOS QUE QUEDARNOS A OSCURAS PARA VOLVER A VERNOS DE VERDAD

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  El lunes por la tarde, sin previo aviso, las luces se apagaron. Todo. El Wi-Fi. Las pantallas. Los timbres. Las neveras. Los semáforos. Las estaciones. Las casas. Las calles. Un apagón general. De esos que parecen sacados de una película o de un recuerdo antiguo. Y al principio fue caos, confusión, preocupación. Si os soy sincera pensaba que se trataba de un ciberataque o del comienzo de la tercera guerra mundial... Y fue entonces cuando… pasó algo que no esperábamos. Algo que, en el fondo, muchos anhelábamos sin saberlo. Pasados los primeros minutos de desconcierto, la ciudad, el pueblo, el barrio, la calle, empezó a respirar de otra manera. Los móviles, sin conexión. Las teles, mudas. Los ordenadores, inservibles. Y nosotros, sin más remedio, empezamos a mirar a nuestro alrededor. A mirarnos. Lo alucinante no fue la falta de electricidad. Lo alucinante fue lo que surgió en su ausencia. Los niños bajaron de casa, con una comba o una tiza en la mano. Se llamaban por las ve...

¿QUIÉN DECIDE QUÉ MUERTE VALE MÁS?

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  Esta semana, las portadas del mundo se han llenado de una sola noticia: ha muerto una figura religiosa muy importante. Líder espiritual, símbolo de una era, representante de millones... El Papa. Los medios no han dejado de recordárnoslo. Imágenes solemnes, música triste, especiales informativos, comentarios de expertos, comunicados oficiales. Miles de personas abarrotadas por lo sucedido, miles de personas lamentando su pérdida y miles de personas que se han detenido a hablar de ello. Y no digo que no tenga importancia. Cada muerte deja una huella. Entiendo que el Papa Francisco era alguien muy relevante, una buena persona, un referente para muchos y alguien que siempre incluía a todo el mundo independientemente de su raza o su orientación.  Cada figura pública que parte, despierta reflexiones, recuerdos, controversias y homenajes, con lo que no quiero quejarme de la importancia que se le ha dado, estoy de acuerdo y me parece bien. Sin embargo sí quiero quejarme de lo siguie...

ENTRE LA DEVOCIÓN Y LA CONTRADICCIÓN

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Cada año, cuando llega Semana Santa, me pasa algo curioso: me emociono. Me emociona ver las calles llenas, los pasos, los tambores, la devoción, las lágrimas sinceras de quienes viven su fe con el corazón. Es una semana cargada de símbolos, de tradición, de comunidad. Es, sin duda, una semana bonita. Una semana donde todo parece estar envuelto de muchos sentimientos. Yo soy saxofonista y toco en las procesiones y aunque no soy creyente he de decir que las imágenes, la música, el olor a incienso, todo el mundo en silencio, en general, el ambiente me hace sentir mariposas en el cuerpo. Pero también me genera preguntas. Muchas. Me pregunto cómo es posible que tanta gente se dice ser cristiana, que se golpea el pecho en las procesiones, que llora al ver a la Virgen, que reza cada domingo... luego sea capaz de odiar. ¿Cómo puede haber creyentes tan fieles que, al mismo tiempo, son racistas, homófobos o hipócritas? ¿Cómo puede alguien proclamar el amor de Dios mientras rechaza, juzga o despr...

"EL SILENCIO TAMBIÉN DUELE"

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 Esta semana vi algo que me dolió más de lo que esperaba. No me pasó a mí, pero sentí como si sí. Fue una escena que me describió alguien muy cercano, una escena que se le quedó a ella grabada en los ojos, como se te queda grabado algo que no entiendes del todo pero sabes que no está bien. Una niña de su clase —callada, tranquila, de esas que no destacan ni molestan— fue el blanco de burlas, risas, insultos… y esta vez también de objetos que le lanzaron a la cabeza y la espalda. ¿El motivo? Ninguno. O tal vez solo ser diferente, hablar poco, no tener muchos amigos. ¿Es eso motivo para que te traten así? ¿Para merecer la crueldad? La niña rompió a llorar, y a raíz de eso, se rieron de ella. Se burlaron de su llanto. Como si el dolor fuera un espectáculo.  Quien me lo contó se la encontró más tarde en el baño, sola, llorando en silencio. Y aunque es pequeña, y no tiene las herramientas de los adultos, hizo lo que pudo. Le preguntó qué había pasado, la escuchó, le ofreció consu...

"EL DOLOR DE LA INJUSTICIA"

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  Hace unos días, algo sacudió mi mente de una manera que no puedo dejar de pensar en ello. En las noticias, me encontré con una historia que me desgarro el alma: un grupo de adolescentes agredió a un niño con parálisis cerebral. La crudeza de esa noticia me dejó sin palabras, pero, sobre todo, me hizo sentir un dolor tan profundo que no puedo calmar. ¿Cómo es posible que algo tan terrible ocurra? Un niño que ya enfrenta tanto en la vida, luchando con una condición que limita su cuerpo, siendo víctima de una violencia cruel e innecesaria. ¿Qué clase de mundo estamos construyendo cuando la indiferencia y la brutalidad ganan terreno frente a la compasión y el respeto? Lo que más me duele no es solo la agresión física, sino la falta de humanidad que se refleja en un acto tan horrible. ¿Dónde queda el corazón? ¿La empatía? ¿El entendimiento de que todos somos humanos, todos merecemos dignidad, sin importar nuestra condición física o mental? Este tipo de actos no solo les hacen daño ...